domingo, 30 de diciembre de 2012

La luz que ilumina la noche.

Las estrellas brillan en el cielo en esta noche oscura, tú eres una de ellas, da igual lo cerca o lo lejos que estés, porque siempre vas a brillar. La luna se alzaba en la noche, los pensamientos volaban en mi cabeza, las palabras se las llevaba ese frío viento que entraba por la pequeña rendija de mi ventana, que nunca conseguía cerrarse.

Dime quién eres, dime porqué has venido, dímelo todo, porque no entiendo nada. Estoy tan perdido que nunca conseguiría salir del laberinto en el que me encuentro, necesito una salida, la cual eres tú, ayúdame a salir de aquí,  eres la única persona que puede hacerlo. He cruzado todos los caminos, ríos, montañas, solo por verte feliz, porque si tú lo eres, yo también lo soy. Quiero volar por el cielo azul, sin que las nubes me impidan seguir mi camino, pero siempre están ahí, son obstáculos que hay que superar para llegar hasta el final. En ese camino me encontré con la suerte, no la acepté, porque la suerte es para principiantes, a mí me gustan los retos. 

Te llevaría conmigo hasta el fin del mundo, pero hay un problema, tú eres mi mundo. Aunque nunca pueda conseguir lo que quiero, siempre estará ahí, se podrá borrar de mi mente, pero nunca de mi corazón.





sábado, 29 de diciembre de 2012

Te necesito aquí, a mi lado.

Recuerdo el momento en el que te conocí como si fuera ayer. Todo empezó un día lluvioso en el comedor del instituto, me encontraba sentado con unos amigos en una de las mesas de la izquierda de la sala. Un amigo empezó a hablar de una chica que iba a la misma clase que yo, nos contó que esa chica le confesó que estaba enamorada de él, pero a él no le gustaba.

Tocó el timbre, recogimos nuestra comida y nos dirigimos a clase. Me senté en una de las primeras mesas del aula y saqué los libros de la asignatura que tocaba. La chica que estaba enamorada de mi amigo se sentó a mi lado ese día, me pareció extraño, porque nunca lo había hecho. Transcurrida media hora de clase la chica empezó a hablarme y me preguntó si sabía quién le gustaba a mi amigo, le respondí que no lo sabía. Le mentí.

Esa chica siguió sentándose a mi lado los días siguientes. Ésto me empezaba a preocupar, mi corazón latía cada vez más deprisa cuando se acercaba para hablarme, se me hacia difícil respirar cuando la sentía cerca, me estaba empezando a enamorar de ella. Llegué a casa, tiré la mochila al suelo y me lancé a la cama. Fue un día extraño, me estaba enamorando de una chica a la que no le gustaba, me sentía muerto en mi interior. Era demasiado tarde, había caído presa de un amor no correspondido. Cada día de clase era una pesadilla en mi cabeza, no quería perder algo que nunca había tenido, me sentía impotente. No podía seguir creyendo si no tenía fe, no podía seguir luchando si no tenía valor, no podía volar, porque no tenía alas. Ella empezaba a ser una pieza clave en mi rompecabezas.

Las 08:30 de la mañana. Clase de matemáticas. La presión podía conmigo, me temblaban las piernas, tenía que confesárselo todo, no podía seguir torturándome de esta manera. Cogí aire, me armé de valor, le toqué el hombro y, muy nervioso, se lo conté todo. Me dijo que lo sentía mucho, pero que estaba enamorada de otro chico. Le dije que daría mi vida por ella, que estaría en los buenos y en los malos momentos a su lado, que me tendría ahí, pasara lo que pasara. Con el paso del tiempo la chica empezó a distanciarse de mí, no se sentaba tan frecuentemente a mi lado en clase, no hablaba prácticamente nada conmigo. Todo había pasado muy rápido desde el día que le confesé todo. 

Me encontraba sentado en clase, estaba solo, sin nadie a mi lado. Sonó el timbre, ésta era la última clase de hoy. A la salida, ella iba caminando delante mío, acompañada por un par de amigas. La distancia que separaba nuestros cuerpos era mínima, estaba a unos centímetros de ella, pero nuestros corazones se encontraban a miles de kilómetros. Nos detuvimos un momento, el semáforo estaba en rojo. En unos segundos, cambió a verde. Caminábamos por el paso de peatones, cuando a lo lejos vi un coche que se acercaba a ella a toda velocidad. En un acto reflejo la empujé hacia la orilla para que el coche no le atropellara. Mi mente se volvió de color blanco, se escuchaban gritos de fondo, había sangre derramada por toda la carretera, una ambulancia se aproximaba al lugar de los hechos.

Pasaron unas semanas, desperté de un largo sueño en el hospital. La primera imagen que vi al abrir los ojos fue ella, esa chica que había conseguido evitar que el coche le alcanzara ese día. La chica se alegró de que me despertara, me acomodó la almohada y me preguntó cómo me encontraba. Le pregunté que porqué no sentía las piernas, a lo que me respondió que quedaron incapacitadas después del accidente. Me entristecí mucho y le dirigí unas palabras:

''Siento haberte decepcionado todo este tiempo, sé que la he cagado, que mandé nuestra amistad a la mierda cuando te lo confesé todo. Se que no soy tan guapo como el chico que te gusta, no te sacaré la misma sonrisa que te saca él cuando hablais, soy un tonto más en este mundo, pero este tonto te dijo que daría su vida por ti, he perdido mis piernas al intentar salvarte, pero no me arrepiento, porque tu eres mi vida, si te mueres, me muero yo también.''

Después de decirle ésto, se acercó a mí y me dijo:

''Me has salvado la vida, ni todo el dinero del mundo podría compensar lo que has hecho por mí. Pocas son las personas que arriesgan su vida para salvar a otras, tú eres una de ellas, por eso, al igual que tú has dado tus piernas por mí, yo te doy mi corazón, porque te lo has ganado.''

Me apresuré a decir algo, pero se acercó a mí y me calló con un beso, haciendo que me tragara mis palabras.



viernes, 28 de diciembre de 2012

Mi vida eres tú.

Me desperté desvelado en medio de la noche. Cogí su foto enmarcada, situada en el armario que se encuentra enfrente de la televisión y la observé detenidamente. Su pelo, sus ojos, esa sonrisa que no la cambiaba por nada en el mundo y muchas más cosas que hacían que fuera especial. Ella siempre estaba feliz, sonreía a cada momento, hasta que sucedió todo...

Era una fría tarde de invierno, tenía las manos congeladas, no podía mover mis dedos debido al frío que hacía. El autobús de las cinco había llegado. Como todos los viernes, me monté en él y me dirigí a visitarla, no podía estar estar más de una semana sin poder verla, abrazarla, sentirla cerca de mí. Cuando no lo hacía sentía como si me faltara algo, me sentía vacío.

Llegué a las siete a la parada principal, como todos los viernes, estaba allí, tan feliz y tan guapa como siempre. Le agarré la mano y fuimos calle abajo, mientras nos contábamos lo sucedido durante la semana. Llegando a su casa, se paró y me miró fijamente a los ojos, la notaba extraña, su sonrisa había desaparecido, suspiró y dijo que tenía tenía que contarme algo importante. Asustado, le pregunté que sucedía, a lo que me respondió:

''No sé como decirte ésto, pero creo que deberíamos terminar esta relación, no quiero hacerte sufrir más, quiero que tengas una vida feliz, y yo no formo parte de ella''

Me quedé de piedra, no sabía que responder, mis palabras se ahogaron en mi garganta, me sentía perdido en un laberinto que no tenía salida. Sin saber que hacer, me lancé hacia ella, la abracé y dejé caer las lágrima sobre mi pálido rostro. Le pregunté porqué me dijo eso, no obtuve respuesta, me besó en la mejilla y entró a su casa, dejándome inundado en un mar de pesadillas. Cogí el metro de regreso a casa, encendí el MP4 y me dejé llevar por el sonido de la música. Cuando el tren llegó a mi ciudad, me bajé y me dirigí a casa, dispuesto a irme directamente a la cama, ya que no tenía ganas de hacer nada. Mañana sería un nuevo día, tendría más tiempo de asumir lo sucedido. Esa noche me desvelé muchas veces, no conseguía dormirme, esa chica lo era todo para mí y ahora se había convertido en mi nada.

Pasaron unos meses después de que ella me dejara. Un día recibí una llamada, era de un familiar suyo, me contó que había fallecido la pasada noche. Le pregunté, confuso y desesperado, que le había ocurrido, el familiar me contó que sufría una enfermedad incurable y que le habían dado unos pocos meses de vida. Apreté los dientes y contuve las lágrimas por un momento, pero fue inútil. Al día siguiente, me reuní con ese familiar, el cual, me mostró una carta escrita por ella, la cogí y me dispuse a leerla:

''Si estás leyendo ésto significa que no me encuentro con vosotros en estos momentos. Hace poco me detectaron una enfermedad y me dieron solo unos meses de vida, esta enfermedad no tenía cura, por lo que tuve que aceptarlo sin resignaciones. Me aconsejaron que protegiera a las personas que más quería, una de ellas eras tú. Así, decidí acabar nuestra relación porque no quería causarte un peor mal en el futuro. Cuando me enteré que iba a morir, decidí que viviría en ti, porque me di cuenta que mi verdadera vida eres tú.''




lunes, 24 de diciembre de 2012

Nada es lo que parece.

Contemplo el mundo desde lo alto de un edificio que se encuentra en una gran ciudad. Observo a personas caminar por la acera, a personas montadas en coches que circulan por la carretera, a personas trabajar dentro de los edificios. Todas parecen iguales, pero en realidad cada una esconde una historia diferente.

Hay personas de todo tipo: personas que te alegran el día con una simple sonrisa, personas que con una mirada te lo dicen todo, incluso personas que con un simple gesto hacen que tu día sea jodidamente perfecto o simplemente hacerte sentir una auténtica mierda en él. 

Cada persona actúa de forma diferente en el mundo, algunas no saben hacerlo y provocan desastres o alteran el orden en él, otras en cambio, intentan que estas personas no actúen de esta forma e intentan ordenar este maldito y vulgar mundo, que algún día terminará desapareciendo. Podemos saber como actúan esas personas, pero muchas veces desconocemos el por qué de ello, cada una de ellas esconde una historia, que podemos averiguar conociéndola mejor. 

Muchas personas visten de una forma diferente, tienen aficiones distintas o les gusta un género musical poco aceptado por la sociedad, pero por ésto no hay que cambiar a esa persona, porque ésto es lo que hace que cada persona sea diferente al resto y por ello, hace que no seamos iguales.






Una estrella fugaz.

El sol se había alzado en la mañana, subí la persiana y me levanté de la cama. En el baúl me encontré una nota, al parecer estaba escrita con mucha prisa, se podía apreciar en la caligrafía. Acerqué la mano hacia ella, la cogí y me dispuse a leerla:

'Creo que ha llegado la hora de irme, gracias por todos esos momentos que hemos pasado juntos, espero que seas feliz en tu nueva vida... sin mí.'

Se produjo un momento evadido por un silencio muy incómodo, cerré el puño con mucha fuerza y dejé caer la nota hacia el suelo. Las lágrimas caían sobre mi cara. Mi cabeza estaba totalmente paralizada. Me repetí una y otra vez lo tonto que había sido y recordé la discusión de la noche anterior por teléfono, en ese momento, me dirigí hacia la puerta, la abrí y salí corriendo hacia la estación de tren de la ciudad, no muy lejos de aquí, con la esperanza de poder encontrarla.

La estación estaba llena de gente, la busqué como si de un tesoro para un pirata se tratara. Oí unos gritos cerca del tren, la gente se acercó corriendo para ver que había sucedido. Me colé entre todas esas personas y mis ojos vieron a lo lejos un cuerpo desfallecido de una chica en medio de las vías del tren. Conseguí identificar el cuerpo, era ella. Grité su nombre desesperadamente y corrí hacia ella sin pensármelo dos veces, pero la policía me detuvo impidiendo acercarme. Caí de rodillas al suelo, me eché las manos a la cabeza, todos esto no puede estar pasando, me repetí una y otra vez. Vi pasar fugazmente por mi cabeza todos esos momentos inolvidables desde el día que la conocí hasta ver la imagen de su cuerpo arrojado a las vías del tren.

No existen las personas perfectas, pero ella lo era para mí, era única, por eso era tan especial. Ella era mi mundo, mi todo, la había perdido, y esta vez ya no podía recuperarla.



viernes, 21 de diciembre de 2012

Una página perdida.

Cada día que pasa hace que reflexione más, que comprenda mejor todo, me encuentro quemado, por el fuego abrasador de un invierno helado. A veces pienso que hago en este lugar, no pinto nada, tal vez tenga algo que hacer, por algo he venido, por algo estoy aquí.

Tal vez esté de relleno en un mundo amplio, donde te encuentras todo tipo de sucesos y acontecimientos, desde cosas insignificantes a cosas que van cobrando un valor importante con el paso del tiempo. Todo ha sido como un rayo caído del cielo en una noche lluviosa, el cual ha sido rápido y demoledor. Me gustaría escapar de ese desastre producido por el rayo, que dejó paso a una tormenta que podría producir más rayos, y con ellos un desastre peor.

Hace un tiempo descubrí un libro que me pareció interesante, y en el que a simple vista tenía un aspecto deteriorado, debido al paso del tiempo. Después de leerlo me dí cuenta de que faltaba una página, que al parecer no influye en la historia del libro, tal vez yo también lo sea, una simple página perdida, de la que nadie se da cuenta de que existe.



domingo, 16 de diciembre de 2012

Un movimiento del destino.

Vuelvo a tirar los dados en el tablero, de nuevo no hubo suerte, tendré que volver a esperar mi turno para poder lanzarlos otra vez. Cada día veo que te alejas más, mientras a ti te salen números altos, mis números son tan bajos que la diferencia es notable, una diferencia que hace que avances hasta llegar a salvo a tu casilla. Este juego lo tengo prácticamente perdido, la única forma de ganar es que la suerte se ponga de mi parte y me permita recortarte distancias o bien que te rindas o pases turno, cosa que veo imposible.

En el ajedrez, tu rey esta muy bien protegido, no consigo llegar hacia el, solo me queda una fila de peones que escoltan al mío, que está desprotegido. Mi turno ha acabado, ahora te toca a ti, tú decides que hacer, si matarlo o dejarlo vivir.



Una noche diferente.

Me encontraba en una ciudad oscura, las luces de las farolas estaban apagadas, las tiendas y bares estaban cerrados, las casas estaban cubiertas por una niebla que impedía verlas claramente, los cuervos volaban por el cielo atravesando la luna llena, a lo lejos se escuchaba el aullido de los lobos. No era una noche cualquiera, esta noche era... diferente.

Me encontraba solo, cada paso que daba hacía que me adentrara más en la oscuridad, estaba asustado, pero tenía que salir de ese lugar cuánto antes. Para ello, decidí arriesgarme, así que me armé de valor y cada paso que daba fue aumentando su velocidad considerablemente, hasta el punto que me hallé en una inmensa oscuridad, en la cual, estaba perdido. No sabía cómo salir de ahí, barajé varias posibilidades, una de ellas era volver por donde había venido, pero ello me hacía perderme aún más. Estaba cansando, el día había sido muy largo, no me encontraba bien físicamente, empecé a marearme, las manos me temblaban al igual que las piernas, no podía mantener el equilibrio en ese momento, mi cuerpo cayó rendido golpeándose contra en suelo.

Al día siguiente me desperté en ese mismo lugar, la oscuridad había desaparecido, no entendía nada, el lugar de la pasada noche había cambiado radicalmente, se escuchaba el sonido de los pájaros que cantaban alegremente por la mañana, el sol brillaba en su máximo esplendor, las personas hablaban amablemente por las calles, todo era tan distinto que dudaba de la verdadera realidad de esa noche. Nunca sabré si esa noche fue real o fue un producto de mi imaginación, lo único que sé es que me desmayé, y al día siguiente amanecí tendido en el suelo en ese mismo lugar, el cual, dudo de su existencia.





lunes, 10 de diciembre de 2012

Una historia escrita.

Tengo muchas aficiones: videojuegos, anime, música, series... Una que me gusta mucho es la lectura. Nunca me he interesado en leer, me parecía aburrido, pero eso no es cierto, cuando encuentras un buen libro todo cambia. Todo comenzó hace varios años, al ver una película que me gustó mucho, cansado de esperar a que sacaran la continuación, decidí comprarme los siete libros que componen esa saga. Tanto me gustaron que decidí meterme más en este mundillo, y con un un poco de esfuerzo conseguí ahorrar algo de dinero, que lo destiné a la lectura.

Pocos libros me han hecho sentir lo que ha hecho un autor, no muy conocido, llamado Tony Hill, el cual conocí de su existencia por un libro suyo que recibió muy buenas críticas, esto me llevó a comprarlo, y más tarde, su continuación. Sus libros me han hecho sentir y adentrarme de lleno en la historia, para mí, ésta es la mejor forma de disfrutar un libro, poniéndose en la piel del protagonista. En mis ratos libres, suele ser más en vacaciones, sobre todo por las noches, me gusta ponerme a leer y vivir experiencias que solo se viven con la lectura.

"Cuando leemos, creamos nuestras propias imágenes y asociaciones. El libro vive dentro de nosotros, se reinventa en nosotros a medida que lo vamos leyendo". Jostein Gaarder~


domingo, 9 de diciembre de 2012

Los sueños no son mi realidad.

Me encuentro al lado de ella, solos los dos, sin nada ni nadie que nos moleste, se escuchan coches de fondo y el frío de la calle recorre nuestros cuerpos, como si de un escalofrío se tratase, se dispone a decirme algo, ¿qué me dirá?. Hoy no podré saberlo, suena el despertador y vuelvo a la misma rutina de siempre.

Todo el mundo tiene o ha tenido uno o más sueños alguna vez, hay personas que se rinden antes de comenzarlos, otras consiguen cumplirnos, ya sea con poco o mucho esfuerzo y, en cambio, otras intentan alcanzarlos pero fracasan en el intento. Me considero una de éstas últimas, ya que casi siempre fracaso en mi intento de hacerlos posibles, ¿cuál es el problema?, ¿qué estoy haciendo mal?, ¿por qué casi siempre fracaso?... Mi cabeza se llena siempre de las mismas preguntas, de las cuales, no consigo encontrar una respuesta.

Quién no arriesga no gana escuché una vez detrás de otra, podría decir que he apostado las pocas cartas que tenía en mi mano, pero mis posibilidades de ganar eran prácticamente nulas. Nada es lo que parece, todo se derrumba en la misma ciudad que es mi cabeza, no tengo ni idea de qué puedo hacer, me siento inseguro, intento buscar soluciones pero pienso que todo ha terminado, pero hay algo en mi interior que me empuja a seguir adelante, a seguir luchando por ese sueño, el cual, tiene nombre y apellidos, y eres tú.

Nunca te rindas, y si piensas hacerlo no seas tú quien cierre esa puerta.




I hate this town.

Muchas veces pienso que hubiera pasado si hubiera nacido en otra ciudad,  a qué tipo de gente hubiera conocido, cómo sería mi vida. A veces pienso lo afortunado que soy al tener una familia, un hogar y las necesidades fisiológicas cubiertas, pero otras veces, me arrepiento de haber nacido en esta ciudad, donde veo que soy una de las piezas de un puzzle que no encaja, que ha salido defectuosa.

Poca gente es la que me comprende bien, pocas personas son las que aprecio en esta vida. La mayoría son personas modificadas por la sociedad, que cada vez da más asco. Con el tiempo te das cuenta de las personas que realmente merece la pena luchar, y las que no. La mayoría de ellas son espectros en los que depositas tu confianza, para más tarde delatarte o dejarte de lado, en esos momentos, te das cuenta de las personas que te apoyan por conveniencia o porque piensan igual que tú, momento difícil para averiguar la verdad, pero el tiempo es el que dará la respuesta.

Me gustaría alejarme del mundo por un momento, en un lugar donde nada ni nadie me moleste, donde no hayan preocupaciones y ser libre de hacer lo que quiera y comportarte tal y como soy, me gustaría que ese lugar estuviera más cerca, tal vez algún día logre encontrarlo o él me encuentre a mí, quién sabe, la vida da muchas vueltas, cuando menos te lo esperas ocurren cosas extrañas y fascinantes que te hacen ver la vida desde un punto de vista diferente a como lo veías antes.





Music is my life.

Siempre está ahí, nunca falla, en las buenas y en las malas, ella es quien me levanta el ánimo o me lo sube aún más cuando estoy triste, ella es la música. A través de ella intento evadirme de este mundo plagado de injusticias y corrupción e intento olvidar todo lo negativo ocurrido durante el día. A veces lo consigue, pero otras no. Ella es quien mejor me comprende y, a su vez, puede llegar a alcanzar en mí fronteras inalcanzables.

Por todos esos momentos vividos a los largo de mi vida y que seguirán viviéndose. Por todos esos artistas y grupos que te hacen ver la vida de una manera diferente. Por todo esto y más, gracias por estar ahí.



Perdido en un mar de pesadillas.

'Otro día más, la misma mierda', ésta es la frase que repito cada día cuando escucho el sonido del despertador.

Después de un largo día, enciendo el ordenador y reviso mis notificaciones, me encuentro con lo mismo de todos los días, esa persona sigue sin hablarme. A partir de ese momento, mi cabeza se llena de diversas cuestiones: ¿le hablo?, ¿espero a que me hable?. El miedo al fracaso rotundo me impide averiguarlo.


Los días pasan, estoy parado en el mismo semáforo en rojo, tal vez esté roto y por eso no cambie a verde, o quizás mi distorsión de la realidad me impide ver la salida. La misma imagen recorre mi mente continuamente, no puedo pararla, consigue dominarme física y emocionalmente. Más tarde, me entra el típico bajón que me hace ver el mundo de una manera más pesimista de lo normal.


El tiempo no corre a mi favor, me doy cuenta de que cada día que pasa es una oportunidad frustrada, no tengo el valor suficiente de enfrentarme a mis miedos, siento que me comen por dentro. Tal vez algún día me enfrente definitivamente a ellos, o tal vez me acompañen hasta el fin de mis tiempos.