domingo, 9 de diciembre de 2012

Perdido en un mar de pesadillas.

'Otro día más, la misma mierda', ésta es la frase que repito cada día cuando escucho el sonido del despertador.

Después de un largo día, enciendo el ordenador y reviso mis notificaciones, me encuentro con lo mismo de todos los días, esa persona sigue sin hablarme. A partir de ese momento, mi cabeza se llena de diversas cuestiones: ¿le hablo?, ¿espero a que me hable?. El miedo al fracaso rotundo me impide averiguarlo.


Los días pasan, estoy parado en el mismo semáforo en rojo, tal vez esté roto y por eso no cambie a verde, o quizás mi distorsión de la realidad me impide ver la salida. La misma imagen recorre mi mente continuamente, no puedo pararla, consigue dominarme física y emocionalmente. Más tarde, me entra el típico bajón que me hace ver el mundo de una manera más pesimista de lo normal.


El tiempo no corre a mi favor, me doy cuenta de que cada día que pasa es una oportunidad frustrada, no tengo el valor suficiente de enfrentarme a mis miedos, siento que me comen por dentro. Tal vez algún día me enfrente definitivamente a ellos, o tal vez me acompañen hasta el fin de mis tiempos.




No hay comentarios:

Publicar un comentario