domingo, 5 de febrero de 2017

Night people

"Y llegó la noche, corría desesperado por ese camino de asfalto, cómo si estuviera escapando de algo realmente terrorífico".

Despertó en su cama después de una semana de mucho trabajo. Llevaba varios días sin poder dormir, podía apreciarse en sus apagados ojos que marchitaban todo a su alrededor. Salió de casa para hacer unos recados, el cielo estaba nublado, al igual que sus pensamientos. Se avecinaba una gran tormenta, pero no le importaba, tenía que solucionar varias cosas y no podía perder el tiempo en su casa; o al menos eso es lo que pensaba en ese momento.

Empezaron a caer las primeras gotas de lluvia en esa fría mañana. Faltaba poco para llegar a su destino, pero de repente el cielo se derrumbó, cayendo sobre sus frágiles hombros.

Empezó a correr guiado por su instinto y su húmedo corazón. El tiempo pasaba más rápido de lo habitual, la oscuridad de la noche llegaba de nuevo y amenazaba con arrasar todo lo que se encontrara a su paso. Corrió con el corazón en la mano, la oscuridad le atemorizaba y ansiaba escapar de aquella pesadilla que parecía interminable.

Miles de dudas empezaron a empujarlo hacia el abismo, pero entonces se preguntó: ¿por qué estoy huyendo? Se detuvo sin pensarlo dos veces y, lentamente, se dio la vuelta. Fue entonces cuando sus apagados ojos empezaron a iluminarse. Las nubes de sus pensamientos se desvanecían junto a la oscuridad que le rodeaba.

La pesadilla de la que estaba huyendo ahora la tenia frente a sus ojos. Era alguien que conocía desde hace mucho tiempo pero que nunca le prestó atención, alguien que había estado siempre a su lado tanto en los buenos como en los malos momentos, alguien con el que había compartido tanto sus sueños cómo sus frustraciones, ese alguien del que huía... era él mismo.




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